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El “misterio”, conocido, de la alimentación durante el embarazo

La alimentación durante el embarazo es uno de los temas sobre los que más contenidos se publican en medios de comunicación, blogs y redes sociales.

La razón no la encontraremos creyendo que este periodo sea especialmente complejo o desconocido. Al contrario, si algo tenemos claro son las recomendaciones dietéticas y de estilo de vida dirigidas a la mujer gestante.

Entonces, ¿por qué existe tanto volumen de información al respecto? La explicación no es otra que el coincidir en la especial preocupación e interés de la futura madre y de su entorno por el buen desarrollo del feto. No es que la alimentación durante el embarazo sea especialmente compleja, es que hay una especial sensibilidad por estas cuestiones. Este punto de partida es similar a la preocupación por la alimentación infantil que ya abordamos en este post.

De hecho, y a pesar de la importante cantidad de materiales que sobre este tema se publica, es preciso coincidir en lo especialmente redundante y repetitivo de los mensajes. Es decir, ningún contenido resulta ser especialmente novedoso: la alimentación de la mujer embarazada tiene que ser “equilibrada”. Para que nos entendamos, prácticamente idéntica a aquella que se recomienda a la población general... pero con más énfasis, porque lo que está en juego es especialmente importante.

No hay, por tanto, súper alimentos, ni existen minutas milagrosas. Sí, por el contrario, una serie de pautas y recomendaciones que en poco o nada se distinguen de aquellas que se dirigen a la población general o las mismas mujeres antes de quedarse embarazadas:

  • Alimentos ultra procesados: cuantos menos mejor.
  • Más vegetales, frutas, verduras y hortalizas; más legumbres y más cereales integrales (“más” en relación al resto de grupos de alimentos).
  • Evitar al máximo los hábitos tóxicos y, en este sentido, lo que refiera a cualquier cantidad de alcohol.

La cuestión de la seguridad alimentaria

No obstante, sí que hay un tema que merece una especial atención: todo aquello relacionado con la seguridad e higiene alimentaria.

No es que fuera del embarazo haya que obviar estas recomendaciones, es que en esta etapa de la vida cobra una especial relevancia. Y es que, lo que en otro momento pudiera ser un trastorno más o menos desagradable o incómodo, en el embarazo puede desembocar en un resultado fatal. Por esta razón se hace necesario recomendar el evitar el consumo de ciertos alimentos para prevenir riesgos que, aunque poco frecuentes, pueden tener consecuencias especialmente negativas tanto para el feto como para la mujer gestante.

Alimentos y bebidas que se deben evitar durante el embarazo

  • Leche cruda y cualquier queso cuya elaboración se realice con este tipo de leche. Típicamente, quesos frescos o de pasta blanda (Brie, Camembert, mozzarella y quesos azules). Consumirlos solo cuando en su envase se garantice que se han elaborado con leche pasteurizada.
  • Huevos crudos o preparaciones elaboradas con huevo crudo, como por ejemplo, salsas y mayonesas caseras, mousses, merengues, pasteles caseros, tiramisú, etcétera.
  • Preparaciones culinarias a base de carne cruda (carpaccios, steak tartar,…) o poco hecha (chuletón, solomillo, etcétera).
  • Productos cárnicos crudos curados (chorizo, salchichón, salami, jamón curado, etcétera) salvo que se usen como ingredientes en recetas que precisen de un cocinado (más de 70ºC) como por ejemplo al horno, fritura, etcétera.
  • Pescado crudo (sushi, sashimi, ceviche, carpaccios), pescado ahumado refrigerado o marinado, así como ostras, almejas, berberechos o mejillones crudos o poco hechos (por ejemplo, “al vapor”).
  • Al mismo tiempo, y por su posible contaminación con mercurio, conviene evitar durante este periodo el consumo de pez espada o emperador, atún rojo, tiburón y lucio.
  • Frutas y hortalizas crudas que no se hayan pelado o lavado y desinfectado previamente (incluyendo ensaladas embolsadas o preparadas). Así como brotes crudos, por ejemplo, de soja, alfalfa, etcétera.
  • Zumos envasados que no estén pasteurizados (debe ponerlo en el etiquetado).

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), al referirse a la alimentación de la mujer embarazada, antes que a cualquier otro tema, presta especial atención a todos los aspectos implicados en la seguridad e higiene alimentaria. Puedes acceder a dichos contenidos en este enlace.

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