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Comer de manera sostenible: mitos y verdades que debes conocer

La alimentación sostenible es, a día de hoy, un camino que debemos tomar cuanto antes para evitar el colapso del planeta y el fin de los recursos naturales. Sin embargo, todavía existen muchas creencias no contrastadas que nos impiden dar el paso: por eso, hoy nos proponemos analizar algunos mitos y verdades sobre comer de manera sostenible. ¡Sigue leyendo!

Tres mitos y dos verdades sobre comer de manera sostenible

Así pues, vamos con algunas de las creencias más populares referidas a la alimentación sostenible para ver si son verdad o mito:

Comer mucha carne roja es perjudicial para el planeta

VERDAD. ¿Sabes que más del 30% de los cereales que se producen en el mundo se destinan a alimentar al ganado que comemos en el primer mundo? Para cultivarlos es necesario mucho terreno y mucha agua, es decir, sobreexplotar los recursos naturales. Además, la cantidad de gases que producen contribuye, y mucho, al calentamiento global: según la FAO, solo las vacas expulsan el equivalente a  2.500 millones de toneladas de CO2 al año.


Comer sostenible es caro

MITO. Comer sostenible no es caro, el problema es que no hacerlo es muy barato, algo normal teniendo en cuenta la calidad inferior de los alimentos no sostenibles y su proceso de fabricación. El truco es reducir el consumo de alimentos no sostenibles como los ultraprocesados o la carne roja, e invertirlo en comida sostenible.


Comer alimentos de los huertos urbanos no es sano

MITO. Un huerto urbano en condiciones (es decir, construido lejos de grandes torrentes de tráfico y fuera de los núcleos urbanos más poblados) es perfecto para cultivar alimentos vegetales libres de agroquímicos y muy frescos.

Las granjas de insectos son el futuro de la alimentación sostenible

VERDAD. Pero tranquilo, ¡no tendrás que comértelos si no quieres! De momento solo se utilizan como alternativa a ciertos productos para el consumo animal como la harina de pescado que comen los peces de acuicultura. ¿La razón? Los insectos casi no consumen agua, apenas ocupan terreno, apenas expulsan gases y necesitan solo 2 kilos de comida para engordar 1 (mientras que una vaca necesita 12).


Comer sostenible conlleva carencias alimenticias

MITO. Por alguna razón se suele asociar la alimentación sostenible a dietas pobres en las que falta algún nutriente esencial. Sin embargo, comer sostenible no está reñido con comer variado, al contrario: ¡es sanísimo!

Así que ya sabes: ¡no te dejes engañar por los falsos mitos y pásate a la alimentación sostenible!

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