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Esa quimera llamada Dieta Mediterránea

Al margen de las cuestiones etimológicas, nuestro diccionario de la lengua dice que “quimera” es aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo. No se me ocurre un adjetivo mejor para resumir lo que a día de hoy es (o se ha convertido) eso con lo que tanto se nos llena la boca, y nombramos como “Dieta Mediterránea”. Es posible que de entrada no me creas, así que echa un vistazo al resto del post. 

Habría mucha tela que cortar sobre este tema, tanta que hace unos años le dediqué una serie de artículos con siete capítulos. Puedes acceder a ellos en este enlace. Por tanto, me vas a permitir que te deje un listado de titulares que espero te ayuden a entender cuáles fueron los orígenes y en qué se ha convertido eso que conocemos como “Dieta Mediterránea”.

  • El origen conceptual (no semántico) de “Dieta Mediterránea” procede del conocido como “Estudio de los siete países” llevado a cabo por el fisiólogo Ancel Keys en las décadas de los años 60 y 70 del pasado Siglo XX.
  • En él (y esto es un ejercicio de súper resumen) se trató de estudiar en diferentes poblaciones del mundo la posible relación entre ciertos estilos de vida (no solo los dietéticos) y la enfermedad cardiovascular.
  • Se puso de relieve que muchas de las características del estilo de vida de las poblaciones a orillas del mediterráneo de aquellos años (esta parte es importante y por eso la voy a repetir en mayúsculas: DE AQUELLOS AÑOS) tenían un mejor pronóstico de salud cardiovascular.
  • A finales de los años 70 (casi en los 80) y aprovechando el éxito mediático que estaba recibiendo el “Estudio de los siete países” se acuñó por vez primera el término “Dieta Mediterránea” y lo hizo dentro de un libro de recetas que publicó el matrimonio Keys
  • En aquel entonces “el estilo de vida mediterráneo” se definía o más bien se caracterizaba por:
  1. Comer poco en relación a una relativamente alta actividad física laboral
  2. Consumir alimentos de temporada, en absoluto ultraprocesados
  • Todo lo demás, lo del aceite de oliva, el vino, el trigo y otros blablablás no son más que ingredientes oportunistas que se han subido al caballo mediterráneo con el fin de sacar beneficio comercial. En palabras del propio Henry Blackburn (uno de los autores junto a Keys del Estudio de los siete países): “han sido los expertos en alimentos, los cocineros y la industria alimentaria los que han cogido esas aportaciones de Keys y se han apresurado a ofrecernos esa expresión tan elegante y chic como es la “dieta mediterránea”. [En realidad y a día de hoy] la población de la cuenca mediterránea es la que ha abandonado este estilo de vida, al tiempo que se ha alejado de la pobreza implícita que tenía asociada en otro tiempo”.
  • En 2010 “la Dieta Mediterránea” obtuvo el reconocimiento de la UNESCO por ser uno de los Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad. Es preciso hacer notar que en esta distinción la variable “salud” no se encuentra por ninguna parte, ese reconocimiento solo refiere a cuestiones culturales.
  • La distinción se produjo a iniciativa (española) de la Fundación Dieta Mediterránea cuyos patronos, empresas privadas en su mayoría, pertenecen a la industria alimentaria. Y algunas de ellas, además, pertenecen al mundo de los ultraprocesados.
  • La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria desestimó, tras la correspondiente petición, la posibilidad de hacer descansar legalmente y en el etiquetado de los alimentos alegaciones de propiedades saludables a la “Dieta Mediterránea” en base a dos premisas: No existe un consenso a la hora de definirla y de lo poco en lo que se coincide en sus características comerciales, destaca la inclusión del vino dentro de su patrón dietético y, por definición, no se permiten hacer alegaciones propiedades saludables a conceptos que incluyan el consumo de bebidas alcohólicas.

Entonces ¿nos olvidamos de la dieta mediterránea como concepto de salud?

No es necesario que te olvides, pero sí que tomes en consideración que la mayor parte de las veces que se saca la cuestión mediterránea a relucir se hace olvidando sus bases y/o se hace con la intención de promocionar productos que tienen tanto de mediterráneo como un ‘Pizza Hut’ en la playa de levante en Benidorm.

Así, si quieres llevar un Dieta VERDADERAMENTE Mediterránea al estilo de la que llevaban tus abuelos y bisabuelos, te recomiendo que repases el quinto punto del epígrafe anterior. Y más en concreto:

  • Que comas mucho menos durante toda tu vida que aquello que las circunstancias te inviten a comer.
  • Que te muevas mucho más, de continuo, todos los días.
  • Que hagas una amplia inclusión en tu dieta de alimentos vegetales frescos (verduras, hortalizas y frutas) y que sean de temporada. Además, incluye más legumbres, y más versiones integrales de los alimentos de origen cereal.
  • Que te olvides de los alimentos ultraprocesados.

Cada vez que no se hable de esto cuando se saque a colación la Dieta Mediterránea solo será un ejercicio más de márquetin mediterráneo.


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