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¿Sabías que la vista te puede ayudar a desperdiciar menos alimentos?

En ocasiones nos encontramos con alimentos en nuestra nevera o nuestra despensa que llevan mucho tiempo ahí o cuyo aspecto se ha deteriorado. En estos casos nuestro primer impulso suele ser tirarlos a pesar de que ¡muchas veces esos alimentos se pueden comer! Para evitar desperdiciar alimentos así tienes que utilizar tu sentido de la vista. En este post te explicamos cómo. ¡Lee con atención!

Así te ayuda la vista a reducir el desperdicio de alimentos

Saber si la comida fea o que lleva ya mucho tiempo en casa se puede consumir o no es fácil, solo debes seguir estos dos pasos en los cuales el sentido de la vista juega un papel fundamental:

  1. Fíjate en las fechas de consumo preferente y de caducidad

Como te explicamos en nuestro post sobre las diferencias entre fecha de consumo preferente y fecha de caducidad, un alimento caducado no se puede comer, pero un producto al cual se le ha pasado la fecha de consumo preferente sí. Por lo tanto, lo primero que debes hacer ante la duda es buscar las fechas en el envase del producto, que te indicarán si aún puedes o no consumirlo con seguridad.

  1. Míralo atentamente

En caso de que el producto no lleve fechas (como ocurre por ejemplo con la fruta a granel) o que, aún así, no te parezca seguro comerlo, lo que debes hacer es mirarlo con atención y buscar estos signos:

  • Moho: el moho suele ser un indicio de que un alimento no se puede comer, salvo contadas excepciones como el queso curado, al que puedes quitar la parte mohosa para comer el resto.
  • Cambios de color: un cambio de color en los alimentos suele indicar que se han echado a perder. Por ejemplo, cuando las hojas de los vegetales se ponen amarillas, cuando las verduras se vuelven marrones, cuando el pollo se oscurece…
  • Cambios de textura: si un alimento que debería ser líquido se ha vuelto viscoso, por ejemplo, deberías descartarlo, ya que seguramente signifique que está malo.

¡Y recuerda! Tras examinar los productos no dudes en olerlos e incluso probarlos antes de decidirte a tirarlos. Así conseguirás desperdiciar menos alimentos y el planeta te lo agradecerá.

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