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Llevar una alimentación saludable no depende de que sea verano o invierno

Ya he mencionado en alguna ocasión que parece que cuando no tenemos suficientes problemas, o cuando ya hemos solucionado los que teníamos, nos los inventamos. Pareciera, como digo, que no sabemos vivir sin problemas. Al menos así sucede en materia de alimentación y nutrición. De veras te digo, toma nota: las cosas son mucho más sencillas de lo que nos hecho creer y, pesar de ello, lo reconozco, en nuestro entorno no son nada fáciles de llevar a la práctica.

¿De veras tenemos un problema?

¡Qué gozada, pleno mes de julio, veranito! Es el momento, como cada año, de preguntarse cómo se ha de llevar una alimentación saludable en esta época del año. La situación es idéntica a la que se presenta a principios o mediados de diciembre con las navidades. Todos los años igual, los mismos latiguillos en las mismas épocas. Acuérdate, que también ya trajimos a este mismo rincón la cuestión de la astenia primaveral (realmente llamado “Trastorno Efectivo Estacional”) que, a pesar de la importancia que se le atribuye -a pie de calle- a la nutrición en este sentido, resulta que, oh casualidad, no tiene nada que ver una cosa con la otra. Es decir, que sí, que los problemas nos los inventamos muchas veces, y entonces es cuando vestimos a los alimentos con el disfraz de la solución. 

“El secreto” de la alimentación en verano

El secreto para una adecuada pauta alimentaria en verano es el mismo que en invierno: más vegetales, frutas, verduras y hortalizas, más legumbres y frutos secos; y menos ultraprocesados, carne y derivados cárnicos; además de todo esto, procurar hacer una selección de la cesta de la compra basada en alimentos de temporada y cercanía. Y ya está. Dando igual si es verano, que si es invierno. Salvo por los alimentos de temporada que se recomiendan, que como puedes imaginar, no son los mismos en una estación que en otra (al hablar de la misma localización geográfica, claro). Sí, ya sé que ahora hay naranjas todo el año en el súper, pero las naranjas que compras todo el año no crecen todo el año. En agosto, crecen en Sudáfrica o en Perú, mientras que en invierno vienen típicamente del levante peninsular. No hay nada malo -salvo por la “tontería esa” del medio ambiente- pero la fruta típica del verano es la que tiene hueso. Al principio cerezas, paraguayos, luego ciruelas, melocotones, pavías y tal. Por no hablar, además, de la sandía y el melón, que no son “de hueso”, pero son más de verano que las bicicletas.

Si quieres perogrulladas te ponemos cuarto y mitad, y un lazo

En verano hace más calor. Al hacer más calor transpiras (sudas) más, en especial si haces una cierta actividad física. Transpiras más a medida que la intensidad de esa actividad física se incrementa. Si transpiras más pierdes más líquido. Perder líquido (sin reponerlo) conduce a la deshidratación. La deshidratación puede comprometer en poco tiempo el mantenimiento de las constantes vitales y, si se prolonga puede conducir a la muerte en poco tiempo supone. En verano, es probable que tengas que incorporar una mayor cantidad de líquidos para prevenir o contrarrestar la posible deshidratación... ¿hacía falta decirlo (otra vez)?

La fruta, además de la propia agua, supone una excelente elección para reponer líquidos, al igual que las sopas y cremas frías de vegetales tipo gazpacho, salmorejo, vichyssoise, crema de calabacín, etcétera. Las legumbres, tan necesarias en un patrón de alimentación saludable se presentarán típicamente en forma de ensalada, dando forma a recetas más ligeras y menos contundentes típicas del invierno. Pero es una cuestión de lógica, no es necesario que un sabio nutricionista te revele los arcanos secretos de la alimentación humana (en verano). Esto ya lo sabías tú, tu madre y antes que ellas tus abuelas y, no sé muy bien porqué, te has venido hasta aquí para leer lo que ya sabías.

¿Quieres comer bien todo el año? 

Los consejos son comunes, puedes seguir las recomendaciones de esta estupenda guía nutricional “Pequeños cambios para comer mejor” y, que quede entre nosotros, también la podrás aplicar en el complicado mes de diciembre... o en los anodinos meses de octubre o marzo.


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